Recorriendo la Route 66

A veces, elevándose sobre la enloquecida dinámica publicitaria, asoma la cabeza un encargo simpático por naturaleza e intención. Como el de Aida M., que incluso siendo una genial planner tuvo la amorosa idea de regalarle a su maromo una viñeta parejil de metro y medio, un mensaje subliminal con sus dos amores (el humano y el motorizado). Una manera estupenda de empezar el 2013, señorita Majoral!

1 comentario en “Recorriendo la Route 66”

  1. Sin duda uno de los regalos más inolvidables que le he hecho al maridín. Muchas gracias David, su cara de ilusión no tiene precio, como tampoco el arte de un ilustrador de tanto calibre en la pared de mi comedor. So proud! Un besazo Rendo! Sigue así! :)

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